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Academia, premisas y nivel de confianza, a propósito del Metro

OMAU - Málaga
Noticias

Obras del metro a su paso por El Perchel

Academia, premisas y nivel de confianza, a propósito del Metro

Si partimos de premisas poco consistentes o erróneas, los argumentos que conllevan a la conclusión que queremos fijar serán también poco consistentes. Esta sistemática de la dialéctica es esencial en los debates que pretenden ampararse en una metodología académica, y por tanto, están fuera de los recorridos de la banalidad  mediática.

Parecía que el modelo urbano de ciudad estaba consensuado, cuando han aparecido nuevas propuestas sobre la construcción del Metro que establecen directamente como conclusión que la mejor solución es el metro ligero en superficie. Sin embargo, utilizan en su argumentación premisas de diferente tipo que tienen en común su poca consistencia, errores o el ser simples opiniones.

Algunos estiman que llevar el Metro en superficie por la Alameda no es una propuesta caprichosa, lo cual es un juicio de valor, similar a decir me gusta el color rojo (y a otras personas otros colores). O por el contrario, llevar el Metro soterrado a la plaza de la Marina es un capricho del Ayuntamiento de Málaga y de la propia Junta de Andalucía que suscribieron hace años este compromiso.

Los valedores del Metro en superficie estiman que su propuesta ofrece certidumbre financiera, lo cual no es tampoco una premisa contrastada, ya que la profesión urbanística y técnica de la ciudad conoce desde hace tiempo que la viabilidad económica del Metro es totalmente cuestionable. Aunque el Metro llegue a la Marina, soterrado o en superficie, los costes de explotación serán negativos en varios millones de euros.

Como ya ocurrió con la mayor parte de los AVE, que no son rentables con la excepción del Madrid-Sevilla-Barcelona-Valencia-Alicante, y lejos de vertebrar el territorio, lo han descohesionado, el planteamiento del Metro de Málaga, como el de otras ciudades se realizó en falso desde su inicio. No más de un 2-4% de personas van a modificar sus costumbres de transporte modal. Sin contar por supuesto la inversión en infraestructura, los costes de explotación superaran claramente a los ingresos. Por ello la certidumbre financiera no puede considerarse una premisa fidedigna.

Tampoco la viabilidad económica debe ser la única premisa, ni la más importante como justificarían los propagandistas de la austeridad. La sostenibilidad y la mejora de la calidad de vida de las personas sí es un objetivo, y la ciudad se ha dotado de premisas bastante consensuadas por los grupos políticos como  el inicial PGOU de 1983, Premio Nacional de Urbanismo, y sus descendientes: el Plan Estratégico, la Agenda Local 21, el PEPRI Centro o URBAN.

En los últimos 20 años se ha llevado acabo una recuperación integral de la Ciudad Antigua y sus Arrabales donde la prioridad peatonal se ha convertido en una forma de accesibilidad para un porcentaje cada vez mayor de los ciudadanos. La Alameda recuperada en su configuración original y adaptada al siglo XXI forma parte de esta ya larga metodología de trabajo, cuyo tránsito ferroviario es claramente incompatible con la propuesta de ciudad consensuada.

Si no se ha podido llevar acabo antes la recuperación del histórico boulevard es precisamente por la topografía del territorio y la configuración urbana litoral de Málaga. Desviar el tráfico de la Alameda es muy complicado, y pese a que el tráfico se ha reducido en más del 30% en los cinco últimos años como consecuencia de la depresión económica.

Esta es otra premisa importante a nivel técnico que los amigos del Metro en superficie no parecen considerar consistente, cuando realmente es muy relevante: las fuentes de información y su verificación: ¿por donde irían los coches que actualmente pasan por la Alameda? ¿cuántos son esos coches? ¿volverá a aumentar en unos años el nivel de tráfico de 2008?. Es una premisa importante conocer el dato de la movilidad actual, al igual que hacer el sondeo estadístico de forma adecuada, en días adecuados, y con niveles de confianza elevados.

La premisa de llevar los coches (y traerlos) por Alameda de Colón, Muelle Heredia y Paseo de los Curas es poco consistente. Tampoco los laterales de la Alameda son una solución aceptable. La conclusión de optimidad de la propuesta no soporta una mirada crítica.

Qué es la sostenibilidad urbana en la ciudad antigua, además de facilitar la accesibilidad de los residentes a los servicios básicos, mejorar la calidad del aire y los niveles de contaminación acústica, y potenciar la actividad turística y cultural como elemento motor de la economía de Málaga. Posiblemente que la percepción ambiental del ciudadano sea de agrado, de confort, de tranquilidad y seguridad, no de incertidumbre, estrés, angustia o peligro. Estas pueden ser unas premisas reconocidas en los ámbitos de la sostenibilidad urbana.

La plaza de la Marina puede estar en obras en mejores condiciones que las que han penosamente  sufrido los ciudadanos y comerciantes del Perchel o de la Avenida Velázquez. Pero es también la oportunidad de hacer llegar el Cercanías, que no ha aumentado un metro su recorrido desde que comenzó a funcionar en 1975, hasta la Marina. Metro y Cercanías si supondrían una rebaja importante de personas que acuden habitualmente en coche al Centro. Seria una premisa más económica y sostenible.

La zona este de la ciudad no necesita de metro, el Bus 11 hace un buen servicio, y las personas que viven en las colinas de levante no van a bajar y subir andando nunca. Se puede mejorar el transporte con vehículos BRL o facilitando la prioridad vecinal en tramos del Paseo de Sancha o Pintor Sorolla, pero hacer un metro soterrado o de superficie no tiene ningún sentido.

Las premisas para ser válidas deben ser coherentes y asumir los comportamientos diversos urbanos, que además suelen ser muy complejos. Dos alternativas pueden suponer un dilema desde el punto de vista retorico, pero si analizamos cada uno de los argumentos deductivos, nos podremos acercar con mayor posibilidad de éxito al objetivo determinado.

Mientras las Administraciones siguen enzarzadas en la polémica en torno al Metro en superficie o soterrado, se acaban de cumplir tres años desde que comenzaron las obras de los tuneles del metro a su paso por los Callejones del Perchel, tal y como recuerda el periodista Sebastián Sánchez en las páginas del Málaga hoy el pasado 28 enero de 2013. Ese mismo día pero tres años atrás dieron comienzo unas obras que han llevado a los vecinos y comerciantes de la zona a vivir "un infierno", en palabras de Sebas Sánchez. Les prometieron un año de obras. El resultado: de cerca de 35 locales comerciales de la zona, una veintena no tienen actividad o lucen un cartel de cerrado. Mientras, el debate sobre los nuevos tramos copa la actualidad informativa en los medios de comunicación.

Se adjuntan enlaces y pdfs al respecto.

El Metro en El Perchel, tres años en el infierno. 28 enero 2013. Málaga hoy.

El Metro costará 900 millones si se soterra el tramo del Centro. Málaga hoy