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Mujeres al rescate

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Mujeres al rescate

El periódico El País recogía el pasado 11 de marzo un magistral reportaje sobre el resurgir de Islandia en los últimos tres años. El autor del completo artículo, el periodista John Carlin, no tiene ningún pudor en señalar a las mujeres, y en especial a una de ellas, su primera ministra, Jóhanna Sigurdardóttir, una mujer casada, con dos hijos de un anterior matrimonio fallido y lesbiana declarada y sin complejos, como las artífices de este renacimiento de Islandia.

El redactor asegura sin remilgos que la testosterona de sus banqueros y sus bravuconadas económicas fueron las que hicieron caer a Islandia, el primer país en sucumbir a la recesión, el que sufrió la caída más dura. En aquellos primeros meses de la crisis, la pequeña, rota y desesperada Islandia, con sus cerca de 320.000 habitantes constituyó un anuncio del Apocalipsis para las grandes naciones de Europa occidental. Sin embargo, hoy la situación es muy diferente. Islandia respira tranquila y esto es fruto de las mujeres. En estos momentos las féminas constituyen la mayoría del Gobierno con cinco carteras ministeriales, frente a cuatro hombres. Dirigen las entidades financieras puesto que los consejeros delegados de los bancos que habían quebrado, y que eran todos varones, fueron despedidos y tras cambiar el nombre a las entidades se colocó en sus cargos a mujeres.

Una de las principales reflexiones a las que nos lleva el reportaje es aquella que nos invita a romper el tópico de que las mujeres en puestos de poder han de ser damas de hierro, han de ser mujeres que triunfan por pensar como hombres, al más puro estilo de Margaret Thatcher. Una vez vista la situación actual de Islandia y el papel protagonista desarrollado por las mujeres, quizás convendría que algunos hombres aprendieran también a pensar como mujeres, o simplemente, reconocieran las ventajas de hacerlo.