




















Mamotretos en la playa
La polémica sobre los chiringuitos en las playas de la Caleta ha sido una de las temáticas principales de las últimas semanas. Para ser actuaciones que “mejoran la sostenibilidad de las playas”, como señalaba el BOJA donde publicaron su construcción, y haber recibido fondos comunitarios que deben garantizar a priori una extrema protección del paisaje urbano, el resultado es decepcionante. Alvaro García-Cabrera, urbanista, señala algunas cuestiones sobre el tema.
Nos inunda un mar de legislación. La Unión Europea, las Cortes Generales, y el Parlamento de Andalucía no cesar de aprobar disposiciones normativas sobre protección del patrimonio natural y urbano y del paisaje. A ello se unen las disposiciones generales de carácter normativo (planes, reglamentos y ordenanzas) que dicta la propia Administración ya sea autonómica o local. Y resulta que todo esto no sirve de nada a la hora de autorizar unos mamotretos sobre la orilla del mar, en las playas de la Malagueta y la Caleta.
No se trata de una cuestión subjetiva (los nuevos restaurantes en construcción, en otro lugar podrían pasar por unos edificios discretos), es una cuestión de legalidad. La Ley de Costas (art. 30) contempla una zona de influencia de 500 metros desde la ribera del mar dentro de la cual “se deberá evitar la formación de pantallas arquitectónicas o acumulación de volúmenes”
y ello, desde una nueva concepción del dominio público marítimo-terrestre, en orden al mantenimiento de su integridad y para “asegurar la efectividad del derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado”.
El Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Málaga (POTAUM) incluye entre sus determinaciones el denominado “Corredor Litoral”, que comprende el dominio público marítimo-terrestre, y sus zonas de servidumbre e influencia, con una regulación más protectora que la Ley de Costas, al punto de establecer medidas de recuperación del litoral que pasan, entre otros aspectos, por compeler al planeamiento urbanístico general para “la supresión de los usos, edificaciones o instalaciones existentes que sean contrarios a los criterios establecidos por la Legislación de Costas ..) o a la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía. El último ejemplo de normas protectoras del litoral es el reciente Decreto-Ley 5-2012, de 27 de noviembre, de medidas urgentes en materia urbanística y para la protección del litoral en Andalucía, por el cual se crea una nueva figura de planeamiento territorial y cuyo objeto es establecer “objetivos, criterios y determinaciones para la protección, conservación y puesta en valor de las zonas costeras de Andalucía”.
¿Cómo es posible que con todo este arsenal normativo, que es un mínima muestra de la frondosa legislación existente, se puedan autorizar unas construcciones sobre la arena del mar que taponan la contemplación de la playa?. Yo no tengo una única respuesta, pero desde luego es
incomprensible. Álvaro García-Cabrera
Los medios de comunicación se han hecho eco en los últimos días del devenir de este asunto que seguro seguirá ocupando mucho espacio en los medios de comunicación. Interesantes han sido las reflexiones, por ejemplo, de Raquel Garrido,José Asenjo, Javier Gómez, Miguel Ferrary, Berta González de Vega, Luis Miguel Carceller o Pilar Martínez, entre otros.
Se adjuntan enlaces a estas informaciones al respecto publicadas en los últimos días, así como vídeos recientes de la imagen actual que ofrece el Paseo Marítimo de la zone Este de la ciudad compartido por niños, adultos, ciclistas etc... y los chiringuitos:
¿Por qué le llaman chiringuito a un bodrio? 21 abril 2013. Málaga hoy
Sacrilegio sin perdón. Javier Gómez. 7 abril 2013. Málaga hoy
Turismo y arquitectura. José Asenjo. 6 abril 2013. Málaga hoy
Y tú, y tú y solamente tú. Virginia Guzmán. 5 abril 2013. La Opinión de Málaga