En este mes de julio se cumple el 200 aniversario del nacimiento de un ambientalista, filosofo y poeta, que vivió casi toda su vida en Concord, estado de Massachusetts, la Nueva Inglaterra de aquella época. Considerado inicialmente un naturalista amateur, con el paso de los años se le reconoció su influencia básicamente por su mirada constante a la naturaleza, por las observaciones y mediciones que en aquella época realizaba sobre la disminución de las superficie forestal como consecuencia de la actuación humana, pero también de su recuperación natural a través de las semillas que son transportadas por el viento o los animales.: “nuestros bosques han quedado muy reducidos por la tala rápida de este invierno. Al menos, esa es la imagen que nos da a los caminantes. No queda bosque alguno de mínima importancia donde no se haya escuchado el hacha del leñador durante esta temporada…” En su trabajo de observador que conjugaba con la fabrica de lápices familiar, escribió 7.000 hojas en sus numerosos cuadernos, así como varios libros entre los que Desobediencia Civil(1847) tuvo una influencia considerable entre movimientos políticos del siglo XX. Su carácter afable e independiente le llevo en algunas ocasiones a prisión por negarse a pagar impuestos a un gobierno que no reconocía. Con todo, la diferenciación que realiza de su vida habitual de trabajo y la que le motivaba en la naturaleza queda plasmada en este bello párrafo: “He estado tan ocupado escribiendo que el invierno ha llegado sin que me dé cuenta. Este tipo de vida que la gran mayoría sigue en relación con la naturaleza. ¡que diferente de mi vida habitual¡ La otra es apresurada, tosca y trivial, como si fuera el huso de una fabrica. Esta pausada, sutil, gloriosa, como la de una flor. En el primer caso, solo estas atravesando la vida, en el segundo, estas viviendo según avanzas. Viajas por carreteras en buen estado, sin sacudidas, sin saliste de tu camino, y rodeas colinas desde hermosas curvas…” M4