¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? La novela de Philip Dick ( 1968) que dio lugar a la original película de Ridley Scott  ( en esta actúa de productor) tiene en Blade Runner 2049 un lioso, aunque al tiempo sencillo argumento, al que se le da durante dos horas y media un halo de cine neo-noir que solo la paciencia aguanta. Posiblemente Denis Villeneuve, el director de la continuación, viese múltiples veces tanto la Blade Runner original, como la versión del director, la versión del director comentada, la versión del director remasterizada y la versión final en blu ray escalada a 4K, y decidiese imaginar que Rachel ( Sean Young) en su huída con Dirk Deckard (Harrison Ford) se quedó embarazada pese a ser una replicante, y que de ella nació una agradable joven que realiza cultivos en el interior de un espacio acristalado del que no puede salir. Hasta ese momento final de la película, creíamos que el hijo de Ford era el propio K ( Ryan Gosling que no se despega de su imagen La La Land), pero no, este muere de forma similar a  Rutger Hauer tumbado mientras los copos de nieve lo cubren “Como lagrimas en la lluvia...”. En un año de remakes, el episodio 8 ( sin duda el mejor film de 2017) de Twin Peaks ( junto a toda la nueva saga de David Linch) y su psicodélica propuesta explica mucho mejor la continuación de una historia, de cualquier historia, que puede ser cualquier cosa, pero que nunca se convierte en un culebrón.