Vasili Grossman, escritor y periodista ruso, escribió este excelente libro en 1960, la época de Jrushov, lo que le valdría no solo la prohibición de su publicación, sino su condena al ostracismo hasta su muerte en 1964. Una copia del texto original pudo recuperarse en los años ochenta y publicarse en occidente. Hoy es una referencia literaria y moral de una crónica que abarca desde la batalla de Stanlingrado, a la visión de los campos de trabajo y exterminio que recuerdan a la crónica de Primo Levi. Con más de 1.100 paginas Grossman recupera el sabio pulso descriptivo de Dostoievski, no solo el horror de los campos nazis o soviéticos, si no la miseria humana del día a día. Los destinos de los hombres en los campos, en situaciones limites y violentas, tienden a igualarse, y la mezquindad cobra un valor añadido, lo que no impide situaciones de comprensión y compañerismo. “aquella muchedumbre plurilingüe no se comprendía entre sí, pero todos estaban unidos por un destino común. Especialistas en física molecular o en manuscritos antiguos yacían en el mismo camastro junto a campesinos incapaces de escribir su propio nombre. Un hombre que antes pedía el desayuno a su cocinero y cuya falta de apetito inquietaba al ama de llaves, ahora marchaba al trabajo al lado de aquel otro que toda su vida se había alimentado a base de bacalao salado…” Un descubrimiento exquisito. M4