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Las crisis posteriores a la crisis

OMAU - Málaga
Noticias

Desigualdad social

Las crisis posteriores a la crisis

<p>De Joseph E. Stiglitz, Premio Nobel de Economía</p>

El periódico El País, en su edición del 20 de enero, recoge un interesante artículo del Premio Nobel de Economía y profesor de la Universidad de Columbia, Joseph E. Stiglitz,  en el que realiza una aguda reflexión en torno a la crisis y a lo que ésta generará a corto y medio plazo. Entre otros planteamientos, Stiglitz sostiene lo siguiente: "Antes de la crisis de 2008 se hablaba mucho de los desequilibrios mundiales y de la necesidad de que países con superávits comerciales, como Alemania y China, aumentaran su consumo. Esa cuestión sigue pendiente; de hecho, uno de los factores de la crisis del euro es que Alemania no haya abordado su crónico superávit exterior. El superávit de China, como porcentaje del PIB, ha disminuido, pero aún no se han manifestado sus consecuencias a largo lazo".

El déficit comercial total de EE UU no desaparecerá, asegura el Premio Nobel, sin un aumento del ahorro interno y un cambio más esencial en los acuerdos monetarios mundiales. El primero exacerbaría la desaceleración del país, y no es probable que se dé ninguno de esos dos cambios hay una crisis mundial en materia de desigualdad. El problema no estriba solo en que los grupos que tienen los mayores ingresos estén llevándose una parte mayor de la tarta económica, sino también en que los del medio no están participando del crecimiento económico, mientras que en muchos países la pobreza está aumentando.

"Un sistema político y económico que no reparte beneficios a la mayoría de los ciudadanos no es sostenible a largo plazo. Con el tiempo, la fe en la democracia y la economía de mercado se erosionará y se pondrá en tela de juicio la legitimidad de las instituciones y los acuerdos vigentes", sentencia Stiglitz.

Muy interesante también resulta la reflexión de José Luis Larrea, presidente de Ibermática, también publicada en El País el 20 de enero. En su opinión, nos encontramos en plena era de la superficialidad y la estupidez. "La trampa de la superficialidad, en la que como sociedad hemos caído, se ha visto alimentada por tres tendencias fundamentales: la globalización (que añade diversidad), el desarrollo tecnológico (que añade conectividad) y la rapidez con la que se desarrolla el tiempo en el espacio (que añade velocidad). Estas tendencias generales suponen un incremento de la complejidad y la incertidumbre, y tienen un peligro: la búsqueda de lo inmediato (rápido), lo concreto (simple) y lo fácil (gratis). El peligro de la superficialidad en el que hemos caído nos lleva a apostar por el gratis total; esto es, que no nos cuesta tiempo, ni reflexión, ni esfuerzo", asegura Larrea.

Se adjuntan enlaces a los artículos completos publicados en El País:
 

Superficialidad y estupidez. 20 enero 2013. El País.
 

Las crisis posteriores a la crisis. 20 enero 2013. El País